La mayoría de entrenadores os aconsejarán de no beber alcohol durante las fases de entrenamiento intenso. Más vale que sigáis sus consejos si esperáis desarrollar músculo.
Este es un viejo consejo que muchos no han tenido en consideración, sencillamente porque lo han tomado como infundado, al igual que la recomendación de abstenerse de la práctica sexual antes del ejercicio (algo demostrado infundado), pero resulta que tenían razón aquellos que desaconsejaban consumir alcohol cuando alguien se está entrenando con intensidad. De acuerdo con un estudio (Alcoholism: Clinical and Experimental Research, 39: 1-10,2015) llevado a cabo por científicos en la Escuela de Medicina de la Universidad Estatal de Pennsilvania, EEUU, el consumo de alcohol aminora la síntesis de proteína estimulada por el ejercicio con pesas. El estudio se ha realizado con animales de laboratorio, a los cuales se les aplicaron 10 series de seis repeticiones de estimulación muscular eléctrica. La estimulación eléctrica aumentó la síntesis proteínica en un 28%. Más tarde se les inyectó suficiente alcohol para causar intoxicación (equivalente a una borrachera) y se pudo comprobar que eso detuvo la síntesis de proteína. Si estos resultados se extrapolan a los humanos, entonces los atletas deberán evitar tomar alcohol después del entrenamiento intenso porque eso anulará sus posibilidades de incrementar su masa muscular